7:47 AM

Recordando a Heath Ledger



Hoy, a exactamente un año de que nos enteráramos de la muerte de Heath Ledger, llegó desde Hollywood el anuncio de su nominación al Oscar.

Una nominación esperada, acertada tal vez, pero definitivamente merecida. Y no necesariamente por su trabajo como Joker, sino por toda una carrera que ya nunca tendrá.

Yo me topé con Heath afuera del hotel Four Seasons hace poco más de 3 años. Cuando él promovía The Brothers Grimm y yo salía de entrevistar a Steve Carell. La conversación –si en verdad se le puede llamar conversación– fue casual, sobre su nuevo corte de pelo. Él decía que se rapó él mismo, yo le pregunté que si no le quemaba el sol. A lo que respondió con una mirada extrañada y sólo dijo, "Not really, no". Luego comentamos algo sobre las mesas redondas, algo sobre Brothers Grimm (la cual yo todavia no veía).

Pero conocerlo me marcó. No sólo porque desde hace tiempo que era uno de mis actores favoritos, sino porque inspiró en mi una de esas ideas que, siento, se quedarán conmigo y como parte de mi trabajo para siempre. Sobre cómo la vida de una persona está casi enteramente dictada por una serie de eventos impredecibles, completamente arbitrarios.

Y sobre la celebridad. Porque yo lo conocí, le hablé y le hice sonreir. Y yo lo recordaré para siempre, pero para él fue un momento irrelevante. Un momento que aunque si lo tuviéramos enfrente y lo presionáramos para contestar, seguramente jamás recordaría.

Y mi pregunta sería, ¿cuántas veces habrás afectado la vida de alguien si siquiera darte cuenta? ¿Qué sentirá un Will Smith, un Johnny Depp, de saber que cada vez que conoce a alguien, que estrecha la mano de un extraño, éste lo recordará para siempre? En efecto, cada vez que conocen a alguien, lo hacen en uno de los días más memorables de su vida. Siempre.

Todo esto me hizo pensar Heath Ledger aquel día. Son ideas sobre la coincidencia, sobre la absoluta arbitrariedad con la que funciona la vida y el universo. Porque no creo en un destino. No creo que nada esté escrito. Creo en la innegable RANDOMNESS con que todo se mueve. Y que si decides salir de tu habitación 5 minutos antes o después, te hubieras perdido a Heath Ledger.

Al final, llegó su camioneta y él se subió despidiéndose muy amable. Me dijo "See you later, man" y yo le contesté "Yeah, take care".

And that's it. Esa es mi historia con Heath, a quien hoy recuerdo como uno de los grandes actores de su generación. Y a quien hoy la Academia reconoce como lo mismo.

Y por eso estoy seguro que este año ganará el Oscar. No porque necesariamente el Joker sea su mejor papel, o porque su actuación realmente sea superior a los demás. Sino porque es la última oportunidad de reconocer a uno de los grandes. La última oportunidad de que su nombre quede inscrito en aquel panteón de los Ganadores del Premio de la Academia. Y porque todos lo extrañaremos.

Take care Heath, you will be missed.


Esta foto fue tomada el día que lo conocí, por alguien que no soy yo.
7:47 AM

Recordando a Heath Ledger



Hoy, a exactamente un año de que nos enteráramos de la muerte de Heath Ledger, llegó desde Hollywood el anuncio de su nominación al Oscar.

Una nominación esperada, acertada tal vez, pero definitivamente merecida. Y no necesariamente por su trabajo como Joker, sino por toda una carrera que ya nunca tendrá.

Yo me topé con Heath afuera del hotel Four Seasons hace poco más de 3 años. Cuando él promovía The Brothers Grimm y yo salía de entrevistar a Steve Carell. La conversación –si en verdad se le puede llamar conversación– fue casual, sobre su nuevo corte de pelo. Él decía que se rapó él mismo, yo le pregunté que si no le quemaba el sol. A lo que respondió con una mirada extrañada y sólo dijo, "Not really, no". Luego comentamos algo sobre las mesas redondas, algo sobre Brothers Grimm (la cual yo todavia no veía).

Pero conocerlo me marcó. No sólo porque desde hace tiempo que era uno de mis actores favoritos, sino porque inspiró en mi una de esas ideas que, siento, se quedarán conmigo y como parte de mi trabajo para siempre. Sobre cómo la vida de una persona está casi enteramente dictada por una serie de eventos impredecibles, completamente arbitrarios.

Y sobre la celebridad. Porque yo lo conocí, le hablé y le hice sonreir. Y yo lo recordaré para siempre, pero para él fue un momento irrelevante. Un momento que aunque si lo tuviéramos enfrente y lo presionáramos para contestar, seguramente jamás recordaría.

Y mi pregunta sería, ¿cuántas veces habrás afectado la vida de alguien si siquiera darte cuenta? ¿Qué sentirá un Will Smith, un Johnny Depp, de saber que cada vez que conoce a alguien, que estrecha la mano de un extraño, éste lo recordará para siempre? En efecto, cada vez que conocen a alguien, lo hacen en uno de los días más memorables de su vida. Siempre.

Todo esto me hizo pensar Heath Ledger aquel día. Son ideas sobre la coincidencia, sobre la absoluta arbitrariedad con la que funciona la vida y el universo. Porque no creo en un destino. No creo que nada esté escrito. Creo en la innegable RANDOMNESS con que todo se mueve. Y que si decides salir de tu habitación 5 minutos antes o después, te hubieras perdido a Heath Ledger.

Al final, llegó su camioneta y él se subió despidiéndose muy amable. Me dijo "See you later, man" y yo le contesté "Yeah, take care".

And that's it. Esa es mi historia con Heath, a quien hoy recuerdo como uno de los grandes actores de su generación. Y a quien hoy la Academia reconoce como lo mismo.

Y por eso estoy seguro que este año ganará el Oscar. No porque necesariamente el Joker sea su mejor papel, o porque su actuación realmente sea superior a los demás. Sino porque es la última oportunidad de reconocer a uno de los grandes. La última oportunidad de que su nombre quede inscrito en aquel panteón de los Ganadores del Premio de la Academia. Y porque todos lo extrañaremos.

Take care Heath, you will be missed.


Esta foto fue tomada el día que lo conocí, por alguien que no soy yo.